Cuatro tipos. Las opciones más flexibles y dinámicas para cualquier estilo decorativo.
Las alfombras de fibras naturales ofrecen grandes ventajas para la decoración. Al tener tonos neutros, combinan con la mayoría de colores y estilos decorativos. Transmiten calidez, calma y bienestar. Además, son atemporales e indicadas para cualquier sector de la casa.
Asimismo, son productos acordes a una nueva mirada del interiorismo que busca agregar más elementos con menos impacto ambiental. En Tendencias repasamos cuatro materiales que marcan el rumbo en la elección de las alfombras.
Las piezas de sisal tienen la capacidad de aislar del frio y la humedad. Es biodegradable y ayuda a cuidar el medio ambiente. Encajan perfectamente en la mayoría de los movimientos decorativos, tanto de estilo clásico como moderno. Son muy resistentes y se conservan en perfecto estado durante mucho tiempo. Como plus, absorben el sonido.
El yute es una fibra natural, ecológica y biodegradable. Tiene un tacto suave y agradable. No absorbe la suciedad y es de fácil limpieza. En ese sentido, los especialistas recomiendan sacudir el polvo en vez de aspirar. Los modelos hechos a mano son más delicados y necesitan más cuidados que los realizados a máquina. Estas alfombras son perfectas para cualquier ambiente de la casa; desde el living, pasando por el comedor, hasta el recibidor. Se aconseja colocarlas en lugares secos, ya que no resisten la humedad.
La lana es un material aislante natural, tanto para el para el frío como el calor. Por eso, se pueden utilizar tanto en los meses de invierno como en el verano. Las alfombras de lana también son un buen aislante acústico. Tienen gran elasticidad y recuperan su forma original después de ser exigidas por algún mueble o pisadas. Su limpieza y mantenimiento son sencillos.
Tienen la capacidad de regular la humedad ambiental. Son antiestáticas, antibacterianas y antialérgicas. Mejoran la calidad del aire, por su capacidad de absorción y evitan el crecimiento de ácaros.
El algodón es fibra natural universal, ubicua y hasta ecuménica. Las piezas realizadas en este material admiten muchos tipos de trenzados y tintes, aunque tiene menos resistencia que la lana y se desgasta mucho antes. Dentro de sus virtudes, se le atribuyen que son muy fáciles de limpiar, ligeras y flexibles y, por encima de todo, resultan dinámicas y juveniles.
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