. Dos de las alfombras en exhibición.
La exposición Alfombras de Irán. Paraísos errantes exhibe 47 piezas telares: alfombras, kilims, alforjas y cojines, hechos de lana, seda e hilos metálicos. Algunas de estas piezas son antiguas y destaca una réplica de la alfombra regalada al zar Pedro I de Rusia por parte de la corte del sha Abbás I de Persia, en el siglo XVII. Se podrá visitar hasta abril del 2022, en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM), ubicado en el Centro Histórico de la CDMX.
“Reabrimos el pasado 18 de mayo, pero es hasta ahora que podemos reactivarlo con actividades presenciales. Con esta exposición no solo celebramos un aniversario más del museo sino el rencuentro con el público”, expresó Gloria Artís Mercadet, directora del MNCM.
Durante la inauguración de la muestra, comentó que entre las piezas se encuentran elaboraciones con hilos de oro y confeccionadas con tintes naturales, así como una variedad que representa desde alfombras elaboradas en las principales ciudades de fabricación en Irán, hasta alfombras reales. Todas, destacó, son de gran valor a nivel artístico, histórico y económico. “La más antigua data de 1770 y mide 7 metros de largo”.
Añadió que también se podrá observar la recreación de un espacio doméstico objetos representativos de la cultura iraní, donados por la Embajada de la República Islámica de Irán y el embajador de México en Irán.
En la cultura Iraní, las alfombras son piezas centrales. En ellas se come, duerme, reza y vive, generando espacios confortables y bellos; en ellas se conjugan saberes milenarios, técnicas y materiales de pueblos persas, kurdos, baluchis, luros, turcomanos y azaríes.
La muestra agrupa un universo de formas y colores en cinco grandes temas:
Tapetes de oración, sobre los cuales se reza y contienen motivos del paraíso musulmán y otros grupos religiosos; Alfombras antiguas hechas con tintes naturales, entre las cuales se encuentra la más antigua de la exposición; Tapices nómadas elaborados por diversos grupos étnicos, con diseños geométricos que evocan a la naturaleza y los símbolos de las tribus y clanes; Alfombras fabricadas en los talleres de las principales ciudades productoras en Irán: Tabriz, Kermán, Qom, Naín, Kashán; y Tapices reales, ejemplificados con una copia de la alfombra regalada a Pedro I de Rusia.
“Nuestras compañeras de restauración, a cargo de Fernanda Núñez, peinaron con amor y paciencia, a través del vapor y los palillos, uno a uno, los flecos de los tapetes. Aspiraron y detallaron todos los rincones de la sala, con ayuda de los alumnos de la Escuela Nacional de Conservación y Museografía”, apuntó la antropóloga especialista en medio oriente, Alejandra Gómez, curadora de esta exposición.
Explicó que se hizo un registro fotográfico a detalle de las piezas telares para diseñar las puertas, gráfica de celularios y flores que adornan la sala de exhibición. También se reproducen fotografías en gran formato, enviadas desde un bazar de alfombras en Irán.
Algunos de los diseños más recurrentes de las tapicerías iraníes son los jardines, apreciados especialmente tras la llegada el islam, en el siglo VI, ya que el Corán designa el paraíso como un jardín. También se reiteran diseños de aves y flores, conocidos como “gol e morg”.
Durante la inauguración de Alfombras de Irán. Paraísos errantes, el Director General del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández declaró que el Museo Nacional de las Culturas del Mundo es el único museo de México que presenta la diversidad cultural del orbe. “Además, probablemente es – habría que revisarlo- el único museo que da cuenta de las culturas del mundo sin tener una sola pieza producto del despojo, saqueo colonial y tráfico ilícito de bienes culturales que tanto daño hace a muchas naciones del mundo. Quisiera entonces invitarlos a que disfruten de esta magnífica colección”.
Añadió que se trata del primer museo del México independiente, “sede y madre de todos los museos del país y por lo tanto un espacio que para el INAH es entrañable. El espacio donde estuvieron las primeras oficinas del INAH y la ENAH”.