La Razón

2022-12-08 11:47:42 By : Ms. Echo Guan

A finales de los noventa y principios de los dos mil, Alexander McQueen logró poner de moda dos tendencias que nadie habría creído posible popularizar. Por un lado, los pantalones de tiro muy bajo (bautizados como ‘bumster’). Por otro, los diseños de inspiración ‘raver’, conjuntos con los que parecía que ibas, o más bien volvías, de una ‘rave’ salvaje en algún lugar inhóspito del East London. El otoño de 2022 vuelve a tomar como referencia esta subcultura ‘rave’, un rico universo vinculado a la música electrónica y las fiestas clandestinas, donde la primera subversión comienza con el vestuario. La estética ‘rave’ (en español significa ‘delirio’) ha evolucionado desde que a finales del pasado siglo los jóvenes ajenos a las corrientes ‘mainstream’ reivindicaran su propio sitio dentro de un movimiento cultural alejado de convencionalismos. En la nueva temporada, el estilo ‘raver’ resulta mucho más accesible y aunque sigue alejado de los códigos de vestimenta habituales, se ha convertido en una tendencia poderosa. Está poblado de prendas que esquivan la etiqueta de ‘básicos’, donde las mezclas audaces y los accesorios más llamativos redefinen el ‘look raver’ con guiños evidentes a la estética años 2000, la década más revisitada del momento.

El miedo a arriesgar no tiene cabida en esta forma de vestir, representada en la pasarela española por firmas como Dominnico. La marca fundada por Domingo Rodríguez Lázaro en 2016 propone una colección otoño-invierno donde los jerséis de lana dan paso a chaquetas de pelo y los botines a exageradas botas de plataforma que se alargan hasta la rodilla y se adornan con tachuelas y pinchos. La colorimetría del estilo ‘raver’ tampoco tiene nada que ver con la paleta cromática típica de esta época del año. Los tonos neón –rosa, verde, amarillo...– y los colores primarios en su versión más vibrante esquivan las mezclas sombrías. Cuando se viste de negro y gris, se hace a partir de ‘looks’ atípicos, como demuestran las propuestas de espíritu ‘rave’ de Ottolinger, una de las marcas preferidas de la generación Z. No hay reglas que seguir a la hora de adentrarse en el mundo de los estampados, donde cada cual se puede expresar libremente a través de la ropa, mezclando tartán con detalles abstractos, rayas y ‘print’ militar o logos con dibujos psicodélicos. Este juego de contrastes se identifica de igual manera en la mezcla de estilos de todo tipo. En la colección otoño-invierno 2023 de Dior encontramos uno de los ejemplos, con looks’ que combinan elementos del mundo de las motos, junto a delicados vestidos de encaje y bordados, dando lugar a combinaciones que no desentonarían en absoluto en una rave.

Las chicas que no se pierden la fiesta

La modelo Iris Law, que ha heredado la belleza de su padre el actor Jude Law, se ha erigido como icono ‘centennial’ gracias a su particular forma de entender la moda. La extravagancia y el maximalismo en clave de tendencia dan forma a sus ‘looks’, de marcada estética ‘rave’. Ya sea en la alfombra roja, como en las fotos que comparte en sus redes sociales, Iris siempre se desmarca del resto gracias a su habilidad para hacer de cualquier estilismo toda una declaración de intenciones. Su cabeza rapada y rubia oxigenada refuerza esa imagen de chica ‘cool’ que se atreve con todo (y el corte lateral que luce en una de las cejas lo corrobora).

En España, la actriz Milena Smit se ha impuesto como el soplo de aire fresco de una alfombra roja en ocasiones demasiado limitada a las apuestas seguras. La intérprete de ‘Madres paralelas’ trabaja con el estilista Freddy Alonso y juntos reinterpretan el estilo ‘rave’ para llevarlo a su terreno. ¿Cómo? Jugando con los códigos del armario ‘dark’ en unas ocasiones, y apostando por luminosas mezclas monocolor en otras, pero siempre con zapatos de plataforma XL y referencias ‘rave’.

Sin existir un tipo de prenda concreta que ejemplifique el vestuario ‘raver’, el nexo común que guardan esta clase de diseños es la comodidad. A fin de cuentas, para bailar más allá del amanecer se necesita, sobre todo, estar cómoda. En ese sentido, las hechuras holgadas se imponen en sudaderas, monos o vestidos, como el modelo metalizado de Balenciaga lucido en septiembre por la top Bella Hadid. Pero la comodidad no se limita a las siluetas anchas, muchas prendas potencian al máximo las curvas femeninas, ciñéndose a la figura sin limitar la libertad de movimiento. Al estar confeccionadas en tejidos elásticos, ajustados en muchos casos como una segunda piel, no constriñen el cuerpo.

Los accesorios son la clave

Los accesorios, en su versión menos discreta, son clave en esta tendencia. Quizá el más representativo de ellos sean las gafas de sol, todo un símbolo de la cultura ‘rave’. El diseñador de origen georgiano Demna Gvasalia, director creativo de Balenciaga, refleja en su visión de la moda su propia historia personal como persona nacida en Europa del Este durante los años finales de la URSS. La subcultura ‘rave’ de esta zona geográfica ha influido en muchas de sus creaciones. Por ejemplo, en 2019 lanzó el bolso ‘I love techno’. Experto en viralizar los diseños más atípicos, estos meses ha conseguido que sus gafas de sol estén por todas partes. En su desfile para esta temporada, donde aludió a la guerra de Ucrania transformando el escenario en una simbólica tormenta de nieve, las modelos protegían sus ojos con diferentes diseños de aire futurista que podrían ser el objeto de deseo de cualquier ‘raver’.